Por fin aceptaste mi invitacion,
despues de tantas veces sugerirlo...

Eran las tres de la mañana...
la puerta de mi habitacion entreabierta...
a esa hora todo esta en calma...
que hasta se puede escuchar
las manecillas del reloj
contando los segundos...

Estaba dormida tan placidamente...
mas de pronto senti
como una suave caricia del viento...
deslizaba mi sabana blanca...
recorriendo lentamente mi piel...
y depositandote en mi lecho...
tus enormes, pero delicados dedos...
buscaban entre las telas...
apoderarse de mis caderas,
para acercame a tu cuerpo...

Me recorriste lento...
dejandote llevar por el aroma
de aquel perfume ______
que tanto te gustaba...

No niego que el calor era insoportable...
pero el calor de nuestros cuerpos...
lo era aun mas...
Tanto tiempo deseandote...
y hoy se hacia realidad...

Te sumergiste en mis caderas...
bebiste de mis pechos...
me hundiste en tu marea...
nos saciamos la sed...
a besos... nomas a besos...

Pasamos la noche entera...
llenandonos de palabras...
de versos y estrofas cortas
de poesia llena de amor...

Nos toco el primer rayo de sol...
y te desvaneciste entre mis brazos...
fuiste un sueño hecho realidad esa noche...
lo pude entender...
al ver la forma de tu cuerpo....
marcado por el sudor...
en aquella sabana blanca...


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2 comentarios:

    Pepe Ortega dijo...

    Ojalá ese hombre supiera apreciar todo lo que narras.
    Aunque yo nunca saldría de la cama en una situación así.
    Eso sí, me llevaría mucha fruta a la cama.

    Con el viento te envío un beso.

  1. ... on 8:30 p.m.  
  2. Pepe Ortega dijo...

    Este poema me lo mandó un amigo.

    Te lo hago llegar a tí.

    SOLO TÚ

    Solo tú junto a mí, junto a mi pecho;
    sólo tu corazón, tu mano sola,
    me lleva al caminar; tus ojos solos
    traen un poco de luz hasta la sombra
    del recuerdo; ¡qué dulce,
    qué alegre nuestro adiós! El cielo es rosa
    y es verde el encinar, y estamos muertos,
    juntos los dos, en mi memoria sola.
    Solo tú junto a mí, junto al olvido,
    allá donde la nieve silenciosa
    del alto Guadarrama, entre los pinos,
    de rodillas te toca.
    Estamos solos para siempre; estamos
    detrás del corazón, de la memoria,
    del viento, de la luz, de las palabras,
    juntos los dos sobre la nieve sola.

    De Leopoldo María Panero.

  3. ... on 8:46 p.m.